¿Cuál de estas siete localidades posee el nombre con más charme?

Chicos, me gusta leerlos. Ñañaña

domingo, 4 de abril de 2010

De tanques y otras cuestiones

Hoy fue un día ideal para salir a andar en bicicleta. No hizo calor ni frío. Una parte considerable de la población poseedora de automóviles se fue de viaje y sobretodas las cosas, para no llegar el lunes al profesorado y cuando te pregunten qué hiciste el fin de semana largo, contestar:- miré "Los Simpons" y morfé como vaca.
Así que agarré mi bici, me puse las calzas con pañalín alcochonadito y emprendí mi viaje. Y resultó un viaje muy provechoso. Traté de recorrer esas zonas de las que no soy habitué y noté algo increíblemente pintoresco: en los barrios menos tops, en los que podemos reconocer que los dueños de esas casas son proletarios y populares, los tanques de agua y los aires acondicionados están a la vista. En los barrios más tops y con mayor poder adquisitivo, ni los tanques ni los aires pueden observarse.
¿Hipotetizo sobre el tema o no lo hago? Sí, lo haré.
La mayor parte del partido de Merlo no posee agua corriente, y hasta hace unos 20 años, tener un motor para extraer agua de las napas era solo para pudientes. Por lo tanto, a medida que fueron adquiriendo bombeadores eléctricos y pudieron hacer pozos para llegar a los ríos subterráneos, fueron dejando de lado los bombeadores a palanca y la humillación de tener que ir con los baldes a lo de la vecina porque su pozo se había secado. Fueron sintiendo que su sueño de un hogar mejor para sus hijos se iba cumpliendo. Y por esa razón coloraron el tanque bien a la vista de todos, para que nos diéramos cuenta de que ellos también habían llegado. Y me parece que lo mismo sucede con los aires acondicionados: tener uno de esos en sus muros es una señal de status social y económico.
Brindo por los tanques en los techos, por el atomosférico una vez por mes, por la zanja para tirar el agua del lavarropas como límite entre la vereda y la calle. Por el acceso masivo a los aires acondicionados, por la inequidad social que la disimulamos con acceso a créditos baratos en casa de electrodomésticos.
Y también brindaría sin sarcasmo si alguna vez los tanques dejaran de existir por la simple razón de que TODOS LOS HABITANTES DE MERLO tuviéramos acceso al agua corriente y a las cloacas. Sí, sí, todos y no solo los de Merlo Sur y de Padua.

sábado, 3 de abril de 2010

Un sábado en la Libertador

Acabo de llegar de Merlo (sí, ya lo sé, vivo en Merlo, pero denominamos "ir a Merlo" cuando debemos ir al centro comercial y político de mi partido) y tuve una extraña sensación: ABRIERON TODAS LAS JAULAS.
Gente, mucha gente, que otros días no ves caminando por la Avenida Libertador. Mc Donalds y las casas de ropa deportiva abarrotadas de personas, los locales de telefonos celulares llenos de celu-compradores, Garbarino y Frávega colmados de curiosos y no tanto, las colas en los cajeros del Banco Provincia y del Banco Nación superando la media cuadra de espera, las paradas de colectivos que van para Mariano Acosta, Pontevedra, Libertad y el Parque San Martín, repletas.
Se nota que esas personas no son originarias de la localidad de Merlo Sur ni de Merlo Norte, sino que los sábados a la tarde se debe producir una especie de fenómeno llamado "turismo local" entre mis copartidarios.
Es que en sus localidades no existen las grandes conquistas capitalistas que nosotros sí supimos conseguir. A gatas en sus barrios debe de haber una farmacia-perfumería, una zapatillería y un pancho al paso y quizá "ir a Merlo" sea su salida de fin de semana para apropiarse aunque más no sea por un rato de los placeres comunes de la burguesía merlense.
Les juro, lectores, es gente diferente, con costumbres y procederes que difieren del merlense de los días hábiles. Ennumerar todas estas cuestiones me convertiría en la persona más discriminatoria del mundo y si hay algo que quiero para mi Merlo querido es la unión de todos los habitantes bajo un mismo lema: habitantes de Merlo uníos bajo la bandera de la diversidad. Ah, pero eso sí, uníos y encontraos cada uno en su jaula correspondiente.